Era una época oscura. El sol hacía tiempo que no brillaba con fuerza, la humanidad había perdido toda esperanza y multitud de falsos profetas se alzaban entre el tumulto, reclamando poseer la única y verdadera palabra del mesías.
Vivíamos tiempos convulsos, esclavizados bajo las alargadas sombras de unos gigantes que acaparaban toda nuestra atención, cuando de repente y sin previo aviso apareció un ser rodeado de luz y esperanza que respondía al nombre de Timothy Roberts.
Su caminar lento y su sonrisa vivaracha proclamaban a los cuatro vientos que había llegado el momento, el momento del cambio. El momento de presentar algo que nos liberaría del yugo de los titanes conocidos como Sony, Microsoft y Nintendo, una alternativa, una visión de futuro, un clavo ardiendo al que agarrarse; The Phantom. Muchos le creímos y aún nos recuperamos de la desilusión
The Phantom, fue uno de los mejores vaporware que han existido nunca y por supuesto, pagamos de forma figurada.
Pero empecemos intentando explicar en que consiste dicho fenómeno, que nos apunta al cielo y se queda en nada. Una promesa de algo imprometible, dar por cierto algo que jamás podría ser real y conseguir venderlo, arrastrar inversores, levantar polémica y expectación, conseguir informes técnicos y conceptuales que apoyan el proyecto, realizar presuntas demostraciones que no acaban nunca de funcionar por problemas técnicos y, en ultima instancia, zanjar el proyecto puesto que el mundo no estaba preparado para él, aunque por supuesto sirve cualquier otra excusa. En definitiva, promesas tan etéreas como el vapor.
En el año 2002, una empresa recién creada que respondía al nombre de Infinium Labs, distribuyó una nota de prensa a todos los medios especializados e importantes del sector del ocio electrónico, afirmando que pronto “lanzarían una plataforma de juegos revolucionaria”, que ofrecería un servicio de juegos online descargables bajo pedido mediante una suscripción. En la nota de prensa no se incluían fotografías reales ni detalles técnicos, tan sólo un render 3D acompañado de diversas frases publicitarias.
En seguida apareció en escena Timothy Roberts, el CEO y fundador de dicha empresa, para recoger lo que habían sembrado. Durante bastante tiempo sus entrevistas, declaraciones airadas y promesas incumplidas centraron la atención de los medios especializados. De el “inminente lanzamiento” en 2002 se pasó al año 2004 como fecha final, de hecho el CEO / profeta se la jugó y apostó a que en el E3 de ese año, la gente entendería lo que habían estado desarrollando puesto que iban a ser la gran sorpresa del evento.
Por si fuera poco y aún no hubiesen suficientes muertos en este entierro, la web especializada en hardware [H]ardOCP.com, de amplia y reconocida trayectoria, decidió investigar algo tan simple como la dirección postal que figuraba en la dirección oficial de Infinium Labs. El resultado, se trataba de la dirección genérica de unos grandes almacenes. La compañía respondió alegando que justamente en ese momento se hallaban de traslado a una nueva sede social. Creímos a Shingo Seabass cuando dijo que ‘PES2008’ iba a ser una maravilla, así que porque no creer esto.
En ese momento, se dice, que los inversores que en su momento creyeron en el proyecto, habían depositado más de 25 millones de dólares y ante tanto escándalo empezaban a desconfiar. Se necesitaba un golpe de efecto y el E3 pasaba por allí.
Y llegó el gran día. Entre la expectación y la euforia se presentó el primer prototipo de ‘The Phantom’. Era mayo del 2004 y las cosas parecían por fin marchar por el buen camino… hasta que nuestro querido profeta y amigo, Tim Roberts decidió volver a abrir la boca y prometer que en noviembre de ese mismo año, saldría a la venta a escala nacional.
Pero antes de seguir con la leyenda de la indomable Phantom, veamos lo que en esta primera versión nos ofrecía la compañía.
Un sistema totalmente integrado con nuestro televisor y con el servicio online “Phantom Gaming Service”. Los jugadores podrían descargar cualquier videojuego directamente al disco duro de su consola e incluso jugarlo mientras éste acaba de descargarse. Una suscripción de dos años con una cuota mensual de treinta dólares y la posibilidad de llevarse la consola gratis más un extenso catálogo de juegos listos para descargar.
A nivel de hardware nos encontrábamos con las características de aquellos años, una CPU Athlon Xp 2500+, una tarjeta gráfica nVidia GeForce FX 5700 de 128 megas, 256 MB de Ram, 80 GB de disco duro (superior al que llevan PS3 y Xbox 360 hoy en día, por ejemplo), salida y soporte para 5.1, wireless y por supuesto, la revolucionaria Phantom Lap-Board. Recordemos que la consola en cuestión no tenía lector de CD’s ni DVD’s puesto que fueron considerados como encarecedores del producto, innecesarios y obsoletos.
Respecto a la otra gran innovación llamada “Lap-Board”, apuntar simplemente que se trataba de una fusión bizarrísima de un teclado, con una pequeña superficie para el mouse y todo ello, diseñado supuestamente, para conseguir la comodidad absoluta del que quiere jugar desde el sofá. Quedaos con éste nombre, Lap-Board, puesto que ha vuelto a ocupar, recientemente, la actualidad que envuelve a Ifinium Labs.
El caso es que ante tanto descrédito y con el proyecto en pañales, no se pudo cumplir la fecha prometida de noviembre de 2004, dejándola pospuesta para Enero del siguiente año y finalmente a Junio. Llegó el 2005, el que tenía que ser año de Phantom, y ningún representante de la compañía pudo acercarse. Falta de información, falta de producto, descontento y por supuesto falta de fondos.
A finales de 2005 se empieza a rumorear el más que probable fichaje de Kevin Bachus, ex responsable de desarrollo del proyecto Xbox, para aportar serierdad y profesionalidad a la empresa. Con este espaldarazo las cosas no podían ir mal, y vaya si lo fueron.
Bachus, inició otro tourné televisivo regalando optimismo y fechas de estreno para la nueva consola. “Es revolucionaria, lo va a ser, estamos en una época de desarrollo, razonablemente cerca.” Argumentó que los anteriores errores se debieron a la juventud de la empresa, las ganas de hacer cosas bien y a la poca capacidad de haber sabido jugar con la imagen y el desgaste con los medios.
El caso es que pasó el E3 y esta vez la compañía ni se presentó. Quizá no tenían nada que enseñar. Una vez finalizado el evento y con Bachus a la cabeza se emitió otro comunicado, saldría a la par que Xbox360, el mismo día.
Ese día, como ya sabréis, jamás llegó. En febrero del 2006, el proyecto fue oficialmente cancelado, pese a que días antes se había hecho pública una posible lista de títulos ya preparados para descargar, ‘Resident Evil 3’, ‘Dino Crisis 2’, ‘Risk’, ‘Civilization 3’ o ‘Driver 3’. Lo cierto es que exceptuando los títulos antes mencionados, el resto del catálogo se componía básicamente por juegos totalmente desfasados o educativos.
El quince de Agosto, ‘The Phantom’ dejó de figurar oficialmente en la página web de la compañía, la consola ya no interesaba y las promesas de la revolución digital del entretenimiento gracias a Internet, se esfumaban.
El nuevo modelo de negocio consistía en vender simplemente el sistema de servicio de juegos, el ‘Phantom Game Service’ compatible con Windows Xp. Actualmente se supone que funciona de una manera semejante a como lo hace Steam, aunque lo cierto es que no lo conoce nadie e incluso da error en la web cuando al registrar un usuario. Así van las cosas en Infinium Labs, quiero decir Phantom Entertainment, puesto que se cambiaron el nombre para intentar recuperar el prestigio perdido.
Si habéis llegado hasta aquí sin leer en diagonal y sin saltar una de cada dos líneas os estaréis preguntando ¿a qué porras se dedican actualmente? ¿cómo salieron del atolladero? ¿saldrá Phantom algún día junto a ‘DukeNukem Forever’?
Pues no. La consola ya se ha evaporado, el servicio online parece que también y el único que aguanta al pie del cañón es el teclado-mouse, ‘Lap-Board’ que ha ganado un par de menciones y acaba de afrontar un pedido de cientos de unidades para acompañar a los Media Center de AlienWare. Pero claro, eso es lo que nos cuentan desde Phantom Entertainment, puesto que la historia se está repitiendo y es que cuando una trama funciona es cuestión de repetirla hasta que exprima todo el jugo.
Los teclados no están llegando, han sufrido el tercer retraso oficial por problemas de fabricación y es de esperar que haya un cuarto. Si es que ya lo dice Sam Raimi, no hay tres sin cuatro. Pero por otro lado, ¿qué hay de nuestros dos iluminados? ¿Dónde están Bachus y Roberts a día de hoy?
La respuesta es sencilla, Roberts sigue figurando en el staff de Phantom pero en un segundo plano, no queráis imaginar cómo ha de estar la reputación de este señor, puesto que el desarrollo de la “futura” red de juegos y contenido descargable pasa por las manos de Greg Koler (un personaje con más experiencia en el “broadband gaming” que el anterior CEO ShowMan) y Bachus está como Chuck Norris, ‘Desaparecido en Combate’.
De la experiencia de Phantom podríamos señalar dos cosas, la primera positiva, puesto que sinceramente creo que el camino que ellos apuntaron podría ser el correcto. Tan sólo tenemos que mirar la cantidad de dinero que están invirtiendo tanto Sony , Microsoft como Nintendo en potenciar la existencia de sus redes privadas con contenidos exclusivos, demos e incluso programas de televisión.
Por el lado malo, esta aventura nos enseña que en el mundo de los videojuegos (y ampliable a todo el mundo en general) existen los bucaneros de agua brava que serían capaces de vender a su madre por salir en televisión o por ganar sus cinco minutos de fama. Quién sabe, quizá Timothy Roberts era un visionario que no tuvo la capacidad necesaria para realizar su obra magna (he oído Nicola Tesla) o simplemente, buscaba sus cinco minutos de gloria, que como dijo Warhol todos tenemos derecho a disfrutar una vez en la vida.
Larga vida a Phantom, larga vida al Phantom Gaming Service y larga vida al Lap-Board, del que Apple debería tomar ejemplo sobre como diseñar sus teclados, portátiles e iPhones.