Peor que el infierno
La isla Irohma es un lugar que se ha bañado en sangre más de una ocasión, por eso su pueblo es fuerte, no sólo del cuerpo, sino del alma. Cuando la guerra del péndulo alcanzó estas tierras, fue el momento para mostrar que nuestra gente no permanecería con los brazos cruzados mientras la Unión de Repúblicas Independientes destruía nuestros dominios y amenazaba a nuestras familias.
Ellos cometieron el error de atravesar la jungla, un territorio con el que sabíamos mezclarnos, ocultando nuestra presencia como la bestia que acecha a su presa. La cacería era buena, sus soldados caían rápidamente, pero cuando un ejército de ese tamaño pierde un par de docenas de hombres, envía el doble; fue entonces cuando cometí el error, dejé desprotegida mi villa. Cuando regresé, lo único que quedaba eran cenizas y cuerpos sin vida, tal vez ellos estaban en un lugar mejor, pero para mí era el primer vistazo que obtendría del infierno.
El fénix entre las cenizas
Con las cenizas de mis seres queridos en las manos, la cacería incrementó su intensidad, mi mente estaba en blanco mientras mi corazón ardía con el fuego que había consumido mi aldea, eso me daba fuerza y me impulsaba a continuar buscando para conseguir eliminar a los responsables de terminar con tantas vidas inocentes.
Conforme pasó el tiempo, llegué a conocer a Marcus, que resultó ser un buen líder y excelente guerrero, no había dudas en mi mente, el destino nos había puesto hombro con hombro por algún motivo.
Pude participar en la operación Leveler, donde se obtuvo la tecnología que los URI estaban desarrollando para ganar la guerra, el martillo del alba; cuando se dieron cuenta de que su arma estaba en nuestras manos, sus espíritus se debilitaron y su voluntad fue doblegada. Fue así como llegó el final de la guerra del péndulo, en la que más de treinta mil Gears perdieron la vida.
From beneath you, it devours
Tuvimos la fortuna de disfrutar algunos momentos de aparente paz hasta que ellos llegaron. En muchas culturas se cree que los demonios viven bajo tierra, si eso fuera cierto, en algún momento seguramente habrían sido expulsados de su hogar por los locust. Estas horribles criaturas se abrieron paso a través de la civilización, matando, torturando niños y mujeres sin la menor compasión. Definitivamente no son guerreros, son bestias sin alma.
La humanidad no estaba preparada para algo así, una nueva guerra había comenzado y su final parecía tan distante como el cielo. Esta vez no existían opciones, el bando ganador sería el de la especie que se mantuviera en pie al final.
Cuando el alma abandona el cuerpo
Después de que Marcus y Dominic lograron detonar la bomba de masa ligera, pensamos que la guerra terminaría en poco tiempo, pero los locust seguían atacando, esta vez con desesperación y peor aún, con la capacidad de extinguir las vidas de una ciudad entera en un abrir y cerrar de ojos.
A lo largo de la vida encuentras personas más débiles, igualmente fuertes e incluso superiores a ti, y a todo guerrero le llega el momento en que debe admitir su derrota. Yo por lo menos tuve la fortuna de poder salvar algunas vidas antes de ser derrotado y arrastrado a las profundidades del inframundo que los locust llaman hogar.
Así como cada guerrero tiene su momento final, cada alma debe abandonar su cuerpo, ya sea al mismo tiempo o incluso antes; cuando el alma sale del cuerpo, éste pronto la sigue................................................
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